Inicialmente este queso de origen griego se fabrica combinando leche de oveja y de cabra, aunque también existen variedades con leche de vaca y de búfala. El queso Feta tiene una textura blanda y un sabor algo salado. Tiene cierta similitud con el queso blanco que solemos encontrar en el mercado, pero con un toque característico que lo convierten en ideal para algunas ensaladas y platos griegos.
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Origen del queso Feta
El queso Feta es casi tan antiguo como la civilización occidental. Ya es descrito en la Odisea de Homero, concretamente en la parte en la que se describe como el cíclope Polifemo lleva leche de oveja en globos fabricados com estómagos de animales, y se sorprende al ver como la leche, una vez cuajada, se convierte en una especie de pasta compacta muy sabrosa. Los antiguos griegos bautizaron a esta pasta como “cuajada de queso”.
El nombre “feta” procede del término italiano “fetta”, que quiere decir “rebanada”. Así era conocido el queso en el siglo XVIII.
Desde el primer tercio del siglo XX el queso Feta se ha hecho muy popular en toda Europa. Varios países del viejo continente se han convertido en productores de variedades de este queso, destacando la gran producción francesa. En Dinamarca y Alemania la inicial leche de oveja ha sido sustituida por la leche de vaca. Otros países donde se elabora son Turquía y Bulgaria.
Denominación de origen protegida
El queso Feta es curado en una solución de salmuera, por lo que no cuenta con ningún tipo de aditivo o de conservante.
Su color es blanco y sin corteza, lo que le otorga una gran presencia y sencillez; su agudo gusto presenta unas notas picantes muy sutiles, con una granulada textura, que se deshace en el paladar y le proporciona una gran versatilidad dentro de la gastronomía y el arte culinario.
Todas estas características organolépticas han servido para que el queso Feta haya sido reconocido con su propia denominación de origen protegida. Para que un queso Feta sea auténtico ha de proceder de leche de razas caprinas y ovinas autóctonas que practiquen el pastoreo extensivo y la trashumancia en áreas de la geografía griega, concretamente en las regiones del Peloponeso, Tesalia, Grecia Central Macedonia, Tracia, Epiro y la isla de Lesbos.
Otras exigencias para que un queso sea aceptado en esta denominación de origen protegida son que su concentración de sal no supere el 3%, que la leche de cabra no suponga más del 30% de sus ingredientes y que no incluya leche de vaca.
Propiedades del Queso Feta
Además de ser un queso con un sabor muy particular que lo hace ser muy apreciado en el mundo de la gastronomía, el Feta presenta también unas propiedades muy positivas para la salud.
Fortalecimiento del sistema inmunológico
El queso Feta contiene vitamina B6 y proteína histidina, que una vez combinadas dan lugar a la histamina, un compuesto muy positivo para la prevención de enfermedades.
Efecto probiótico
Varios componentes del queso Feta tienen un poderoso efecto probiótico que ayuda al adecuado funcionamiento del intestino, estabilizando su natural flora bacteriana.
Prevención del cáncer
Otra importante proteína de este queso es la alfa-lactalbúmina, que tiene un potente efecto anticancerígeno que se activa al unirse diversos iones de zinc y calcio, evitando la malformación la proliferación descontrolada de las células del organismo.
Prevención de enfermedades óseas
Como todos los productos lácteos, el queso Feta contiene cantidades muy altas de calcio, muy positivas para el mantenimiento o el aumento de la densidad de los huesos, y que previene la aparición de enfermedades degenerativas como la osteoporosis.
Evitar migrañas
Las migrañas, fuertes dolores de cabeza, son muy habituales en amplios segmentos de la población. Uno de los mejores remedios para combatirlas es la Riboflavina, más conocida como vitamina B2, muy abundante en el queso Feta.
Prevención de enfermedades oculares
La vitamina B2 también es fundamental para nuestra buena salud ocular, por lo que el queso Feta también contribuye a prevenir la aparición de enfermedades degenerativas en nuestros ojos.
Efectos antioxidantes
Gracias a los minerales y vitaminas que contiene este queso griego, su efecto antioxidante contribuye a retrasar el envejecimiento, a evitar la flacidez y a mantener en buen estado los tejidos del cuerpo.
Ideas de recetas con queso Feta
Son muchos los usos que se pueden dar al queso Feta en la cocina. Uno de los más populares es su uso en la elaboración de ensaladas griegas, integrados en forma de cuadritos. Las ensaladas de pasta también son ideales para ser acompañadas por queso Feta.
Los rollitos de espinaca con este queso griego son muy apreciados tanto en aperitivos como en meriendas.
Otras formas de integrar el queso Feta es en la preparación de huevos al horno, para elaborar salsas que acompañen a rebanadas de pan tostado o galletas, pizzas y tortillas.
Como muchos quesos, el Feta también es ideal para potenciar el sabor de diferentes tipos de fruta, especialmente el melón, el kiwi y la sandía.
En definitiva, el queso Feta es uno de los más antiguos y con una mayor tradición del mundo, con un excelente sabor que lo hace indispensable en un buen número de recetas griegas, y recomendable para incluirlo como ingrediente de numerosos platos de la cocina española e internacional.