El queso Brie es uno de los más afamados y característicos del mundo. Es producido en la región francesa que le da nombre, se caracteriza por su corteza suave y blanquecina, que es totalmente comestible. Se elabora con leche de vaca cruda y su textura es muy cremosa.
Este queso francés es ideal para los aperitivos y se puede consumir solo, con pan, ensaladas y diferentes recetas de cocina.
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Historia del queso Brie
La historia del queso Brie se remonta, al menos, hasta la Alta Edad Media. Está documentado que Carlomagno ya definió como delicioso a este queso en el siglo VIII.
A lo largo de su larga historia, el Brie fue muy reconocido y ensalzado por la nobleza de Francia, que lo utilizaban en muchas ocasiones como regalos personales.
También ha sido muy mencionado en obras literarias, siendo algunas de las más importantes Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, y Gargantúa y Pantagruel, de Francois Rebelais.
Durante siglos el Brie fue parte de los tributos que los súbditos franceses entregaban a sus monarcas.
En el siglo XVIII, la reina consorte de Luis XV, Marie Leszczynsky, tuvo auténtica pasión por este queso, que nunca faltaba en las fiestas de palacio.
La fama del Brie llegó a tal punto que fue declarado “El Rey de los quesos” durante el Congreso de Viena de 1814, durante una cena de confraternización en la que una treintena de embajadores presentaron los que consideraban mejores quesos de sus respectivos países. El Brie, presentado por el embajador francés Talleyrand, ganó el improvisado concurso por aclamación.
Características y morfología del queso Brie
De elaboración artesanal, el queso Brie tiene una base de leche cruda de vaca, una pasta blanca, una forma aplastada y una mohosa y delgada corteza, algo aterciopelada, de color blanco.
Desde el año 1980 cuenta con su propia denominación de origen. Se prepara en forma de rueda y se comercializa en cuñas triangulares o en piezas circulares.
Su pasta es flexible, muy adecuada para untar en tostas. Su corteza, comestible, presenta un suave sabor, con un ligero aroma a champiñón fresco y moho, aunque ocasionalmente pueda ser a nueces y frutas.
Su textura es cremosa, y cuando la temperatura supera los 20 grados centígrados puede salirse de su corteza.
El queso Brie se puede adquirir y comer todo el año, aunque la mejor época para su degustación es desde el mes de abril hasta el mes de septiembre. Algunos fabricantes le añaden trufas durante las fiestas navideñas.
Propiedades de queso Brie
El queso Brie cuenta con un alto contenido de proteínas, aunque la ser también muy calórico es aconsejable consumirlo dentro de una dieta equilibrada y variada.
También es una importante fuente de calcio, siendo muy positivo para el mantenimiento de dientes y huesos. Su contenido en potasio lo hace beneficioso para el sistema nervioso, mientras que su alto aporte de sodio lo hace recomendable para personas hipertensas, siempre que se consuma con moderación.
La vitamina A es la más abundante en su composición, favoreciendo el crecimiento de los niños y la protección del sistema inmunológico.
Su valor nutricional cada 100 gramos es el siguiente:
- Calorías: 334 kilocalorías.
- Proteínas: 21 gramos.
- Carbohidratos: 28 gramos.
- Calcio: 184 miligramos.
- Hierro: 0,5 miligramos.
- Potasio: 152 miligramos.
- Sodio: 630 miligramos.
Cómo comer queso Brie
Para disfrutar al máximo del queso Brie, te aconsejamos que sigas los siguientes pasos:
Sírvelo a temperatura ambiente.
- Corta el queso con su corteza: es comestible y potencia el sabor del queso (en el caso de que no te guste, retírala, por supuesto).
- Unta el queso en pan firme: como el de pueblo o el de chapata, procurando que sean suaves y crujientes. No es recomendable que lo comas con pan de sandwich, ya que es demasiado tierno y lo más probable es que se rompa.
Esta es la forma más habitual de comer el queso Brie, pero tienes muchas combinaciones en las que encaja a la perfección, como verás a continuación.
Usos del queso Brie
Además de untándolo con pan, existen muchas formas de disfrutar de este exquisito queso francés:
- Con peras: ya sea en fondue o en ensalada. Procura que las peras estén maduras.
- Con otras frutas: la manzana le da una textura crocante ideal, las fresas un original y particular contraste y las uvas una agradable nota dulce.
- Con carne: un medallón de lomo se vuelve mucho más sabroso con una rebanada de Brie derretida en la superficie.
- Con cebollas caramelizadas: crea un maravillosos equilibrio entre lo salado y lo dulce y lo crocante y lo salado que puede ser irresistible.
- Con champán o cava: el maridaje entre vinos tintos y quesos madurados es todo un clásico, pero armonizarlos con vinos espumosos como el champán o el cava es toda una tendencia en los últimos años. Las burbujas y el Brie son un matrimonio muy bien avenido.
Con qué vinos maridar el queso Brie
En Francia es muy habitual maridar el Brie con vinos de la variedad de uva Pinot Noir procedentes de Burdeos o de Borgoña.
Sin embargo, no es necesario recurrir al vino francés para saborear este queso. En España tenemos un gran número de excelentes denominaciones de origen a las que recurrir. Procura, eso sí, elegir unos tintos jóvenes o, si lo prefieres, algún vino blanco que presente una cierta acidez.